Es probable que el cambio de director, Matthew Vaughn por un Jeff Wadlow que se limita a seguir las normas, influya en esta supuesta devaluación. Se conserva, desde luego, la tendencia a extremar la violencia en su máxima crudeza y a acumular los tacos y losinsultos en los diálogos. Eso sí, sin perder un toque curioso de ingenuidad.
Perdida la sorpresa que suponía un Kick-Assque se erigía en látigo de los villanos, valiéndose de un disfraz grotesco y de la firme voluntad de derrotar a los servidores del mal, lo que queda no es otra cosa que una nueva generación dehéroes empeñados en seguir con su particular cruzada. En este sentido destaca con especial énfasis la incorporación de la adolescente Mindy (alias Hit Girl), una huérfana criada por su tío policía que ha surgido de ese caldo de cultivo de los superhéroes que es el instituto. Con ella, con Dave y con la fiebre que desatan entre sus compañeros, se forja una banda que acuñará el sobrenombre de Justicia para Siempre.
Los malvados no se quedan atrás y bajo la égida del siniestro y cruel Hijoputa, que siente un placer casi orgásmico al matar a sus enemigos, se abre paso a un conflicto generalizado en el que Dave, es decir Kick Ass, pierde a algunos de sus mejores hombres, entre ellos el hispano Javier. Con estos esquemas, se van delimitando los dos bandos de buenos y malos que se juegan la hegemonía del mal y del bien con los respectivos líderes. Se forja de este modo una pasarela de indeseables y de benefactores que incluye nombres como Hit Girl, Bruma Roja, Zorra Nocturna, el Doctor Gravedad o el Coronel Estrellas y Barras. Un arsenal para abrir paso a una violencia que tiene los ojos puestos en la taquilla.
